La mariposa Margaret volaba y volaba alrededor de la luz...
Mamá-mariposa le había advertido:
"Cuídate de la luz brillante que quema tus alas ... "
Pero la luz era tan bella, tan radiante, tan tibia!
Margaret atropellada como toda mariposa niña se acercaba volando, daba giros y más giros alrededor de la luz...
El viento de otoño vió que la pequeña corría peligro y envió una ráfaga para apagar la luz de la vela...
La ráfaga entró por la ventana, sopló la llamita y miró seriamente a la mariposa, que muerta de miedo se soplaba una alita casi chamuscada.
Con las cejas juntas y cara de enojo, el viento de otoño la llevó en sus brazos y la depositó en una flor junto a sus hermanas...
Qué te pasó hermanita? le preguntaron sus hermanas mariposas?
Desobedecí a mamá y casi casi me quemo mis alitas, dijo haciendo pucheros.
Sus hermanas la rodearon, le abrazaron y le prometieron no contar nada de nada.
Eso sí, dijo Margaret con cara de hermana mayor...
"Cuídense de la luz, que aunque sea bella, radiante y tibia... Es muy pero muy peligrosa.... Se los digo por experiencia... "
Las hermanas miraron su alita medio quemada, suspiraron y después se fueron volando hacia las flores amarillas
Margaret, la mariposa pensó:
"Espero que no sean desobedientes como yo, que de mi error aprendan que no se juega con fuego.. Y menos si tenemos alas... "
y se fue a jugar con los grillos que ya anunciaban el atardecer.
Dos clases de dolor....
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