Es bueno tener madre cuando se es niño, y también es bueno cuando se es adulto. Cuando se es adolescente el mundo piensa que viviría mejor sin ella, pero es un error de cálculo.
Que rico es tener una Madre a cualquier edad. Sin ella, nos quedamos huérfanos de todo, ya que el mundo exterior no es ni un poco maternal con nosotros.
Al mundo no le importa si estamos desagasahados y pasando hambre. No le importa si somos la noche en la calle, no le importa si estamos acompañados por malos compañeros. El mundo quiere defender lo suyo, no lo nuestro.
Mamá también desea que la gente tenga buena apariencia, pero está más preocupada por nuestra limpieza interna: no quiere que la gente se drogue, que la gente fume, que la gente beba.
El mundo nos mira superficialmente. No puede ver a través de.... No detecta nuestra tristeza, nuestro mentón que tiembla, nuestro abatimiento. El mundo no quita nuestra fiebre, no peina nuestro cabello, no ofrece un pedazo de pastel hecho en casa.
El mundo, cuando no está de acuerdo con la gente, nos castiga, nos etiquetan, nos excluye. El mundo no tiene dulzura, no tiene paciencia, no se detiene para escucharnos. El mundo pregunta cuántos electrodomésticos tenemos en casa y cuál es nuestro grado de instrucción, si tienes casa y el modelo de tu carro sea o no último modelo, pero no sabe nada de los miedos de la infancia, de nuestras notas en el colegio, de como fue difícil conseguir su primer empleo.
Mamá es de otro mundo. Es emocionalmente incorrecta, Excluyente, parcial, metida, peleonera, insistente, dramática, llega a ser hasta corruptible si ofrecemos a cambio algo de atención. Sufre en el lugar de la gente, se preocupa por los detalles y trata de adivinar todas nuestras voluntades, mientras que el mundo propiamente dicho exige eficiencia máxima, selecciona a los más bien dotados y cobra caro por su tiempo.
Madre solo hay una y es gratis!
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